Carmen Martín
Transcurren los años ochenta y Esperanza pasa su infancia junto a su padre en una casa de campo, aislada del mundo que le rodea en el corazón de Sierra Morena. Esa integración con el medio natural hace que su admiración y amor por la naturaleza vayan creciendo más y más a cada día que pasa. Gracias a las reiteradas visitas que la Dama Violeta y su gato Benigno le hacen desde una dimensión paralela, Esperanza va tomando conciencia de la enigmática realidad que envuelve a la vida terrenal, que va mucho más allá de su simple percepción. La historia nos traslada a un pasado reciente, donde los personajes, acompañados de sus inseparables recuerdos, tendrán que hacer frente a su propia realidad, no exenta de dificultades. Esperanza, a través del gato Benigno y el pájaro blanco, cogerá el testigo de gran servidora de la naturaleza. Sus inquietudes por atesorar conocimientos la prepararán para intentar cumplir su misión de doblegar la inconsciencia de parte de sus semejantes hacia la madre naturaleza.