Paco Valiente Castelló
Una búsqueda sin vendas, un camino hacia el amor, el poeta siente que todo le habla. Cómplice de la luna, camarada de las baldosas, investiga la ciudad para encontrar versos en cada esquina, en cada huella que no se borra, en las papeleras amigas, en las miradas escurridizas que con él se cruzan. Todo vale para la causa de un poema, todo encierra algo que llevarse a su libreta. De fondo, la música colabora, nada se pierde si la lluvia le besa. Escribe latidos en este poemario hijo de la noche y de las calles mañas.