Malatinta
Del camino llegamos al asfalto, un lugar con dudas, lloros y mucha risa, una mezcla de sudor, sangre y mil vidas. Todos lo pisan, muchos se pierden, casi nadie se encuentra, pero ahí siguen, siempre lo intentan. Cuidado con entrar a la ciudad, aquí tenemos de todo: la cara, la cruz y el canto. Cuidado con el encanto de quienes la habitan. El reflejo del asfalto alumbra más de lo que creías. Bienvenidos a la ciudad de todos, espero que disfrutéis sus calles y os dejéis perder en ellas. Os espero en las esquinas.