José Quincoces
Baltasar llega a la Corte y entra al servicio del hijo de un noble que estudiará en Alcalá de Henares. Allí conoce a Pablos (el original buscón de Quevedo) y ayuda a este a superar las novatadas que sufre. La estancia en Alcalá le incita al estudio y la lectura, pero él es aún un pillastre y utiliza la lectura del Quijote para fabricar el mismísimo bálsamo de Fierabrás, que vende en las calles de la villa con la ayuda de sus amigos. Pero Baltasar, servicial y buen amigo, también utiliza sus argucias para ayudar a su amo a superar el examen y obtener el título de bachiller. De regreso a Madrid, colabora en el asunto de una embajada llegada del Japón para cerrar un tratado comercial con el rey y tiene conocimiento del asesinato del conde de Villamediana. Posteriormente pasa a Córdoba, donde se pone al servicio de un escribano de avanzada edad y tiene la oportunidad de cambiar de vida para convertirse, alejado de prejuicios, en una persona respetable y respetada. Baltasar o el buscón que cambió de vida ofrece guiños a Quevedo y su Buscón, a Cervantes con el Quijote y otras obras y también a Pérez-Reverte y su Alatriste, pero no es ninguna de ellas y tiene personalidad propia. Escrita con un estilo que trata de aproximarse a la usanza de la época en la que se desarrolla, esta novela es un modesto homenaje a la narrativa española del Siglo de Oro, en el que nuestro lenguaje asumió la mayoría de edad de la mano de geniales escritores como Quevedo, Cervantes, Calderón, Góngora, Tirso, Lope y tantos otros.