Pilar-Teresa Romero Fernández
En la España de 1865, durante la inauguración del ferrocarril, un momento clave que marcó la apertura de nuevas rutas y la unión entre pueblos y ciudades, Ramona y Loreto, dos conocidas de la niñez, se encuentran en un lugar especial para ellas: el palacio convento de los duques de Medinaceli, transformado en un hotel con encanto, situado en La Almoraima, un bosque de alcornocales en el mayor latifundio de España, donde el sonido de las chicharras acompaña cada uno de los momentos que allí transcurren. Loreto viaja junto con su nieta Myriam, joven abogada, la cual se quedará en la bella ciudad de Ronda, de donde Loreto es originaria, ya que es su ilusión que conozca la vida en Andalucía después de su estancia en Harvard, donde ha estado cursando un máster en Derecho Internacional. Mientras tanto, ella y Ramona, que desde su niñez dejaron de saber la una de la otra, comparten sus vivencias, convirtiendo su estancia en el lugar en una maravillosa narración no solo sobre sí mismas, sino también sobre la época en la que vivieron y la historia, no siempre conocida, de una España en transformación.