Mónica Creus Núñez
Este pequeño y humilde manojo de historias es el resultado de una fe inquebrantable, un trabajo de ratos invertidos —que no perdidos—, una oda al sacrificio, a ese «saber que se puede» que desde niños nos acompaña acurrucado entre el miedo a fallar y la ilusión de ser capaces. La esencia de todas ellas se va deslizando entre el realismo cotidiano, el realismo mágico y una pincelada de surrealismo para aderezar un puñado de relatos que, unidos por el cordón umbilical del coraje y la fantasía, desglosan parte de un camino de descubrimiento valiente y decidido a no tener que justificarse y sí aportar una gota de motivación a todos y cada uno de esos seres que perdieron la fe en sí mismos y en su poder personal. Pero, por encima de todo, es el bastón en el que se apoyó su autora a través de su personalísimo viaje del alma.