García Alonso, Ana
«Me cansé de preguntarle a las estrellas por qué no tenía la capacidad de dar ese paso y, ahora, ahora tan solo queda despedirme de ti por el bien de los dos, pero, sobre todo, por el mío». El viento del invierno sopla contra las paredes de la casa. Ella golpetea con el bolígrafo sobre el papel, acompañando el repiqueteo de la lluvia. Asume e inspira el significado de lo que acaba de escribir. Se deja llevar por la calidez de la madera quemándose en la chimenea. Acaba de dejar su alma desnuda vestida de tinta. Él camina con el cuello de la gabardina levantado, tratando de protegerse del frío. En su cabeza los recuerdos se agolpan. Está cansado de lo que es correcto, del control que implica, de las decisiones equivocadas. Despojado de toda apariencia, se siente frágil ante la realidad de sus propias emociones. No quiere pensar en que pueda ser tarde. Les queda todo el invierno.