Manuel López
Una fotografía de Manuel Armengol en la que se ve a un policía armado golpeando con la culata de su fusil a ciudadanos desarmados genera una revuelta popular. Estamos en febrero de 1976. El sátrapa ha muerto pocas semanas atrás, pero el régimen se obstina en mantenerse en el poder. ¿Qué hubiera ocurrido si uno de esos civiles hubiera muerto por un culatazo? ¿Se habrían revuelto los manifestantes desarmando a los guardias? A partir de ahí, la historia desemboca en la proclamación de la democracia en España, sin oligarquías y con los franquistas arrinconados. El protagonista es un joven (Joan Cornet, alias el Trompeta) que dirige la insurrección en compañía de sus colegas de la escuela de periodismo (dos hijos de militares, un latinista y una monja muy combativa). La segunda historia es la de Carmen, la nieta del dictador, que se lleva al exilio las joyas de la familia. La tercera sucede cincuenta años después, cuando una secta fundamentalista cristiana combate el incremento demográfico en el tercer mundo repartiendo pastillas anticonceptivas como dulces. Intervienen la UE, la CIA y un numeroso grupo de investigadores internacionales. Año 2026. El protagonista es el hijo del Trompeta. Al final, las tres historias confluyen.