Bartolo Burceña Hilló
Soy consciente de que este es un libro extraño. Quería escribir algo distinto. Quería mezclar géneros literarios (narrativa, lírica, drama, ensayo, autobiografía, fantasía, ciencia ficción…) y tocar diferentes registros narrativos (gracietas infantiles, confesiones íntimas, entradas de diarios, disertaciones sociales, sátira, moralina y sarcasmo político, dulzura poética, lírica romántica e imaginación fantasiosa con ribetes futuristas…). Quería también obligar al lector a pensar, a posicionarse y a enfadarse ante las performances y los excesos opinativos que, adrede, a veces se incluyen. Quería invitarle a sonreír, a soñar, a recordar sus propias vivencias; también sorprenderle, despertar su imaginación y plantearle una escatología social donde prime el calor humano del amor y de la amistad, así como la esperanza, ante el incierto devenir de la humanidad. No sé si lo habré logrado. A ti, lector, te lo pregunto. El libro se divide en tres partes que se corresponden con tres etapas concretas de la vida de Rodolfo, separadas por periodos de treinta años. Recoge lo que Rodolfo siente, teme o desea en esas fechas clave de su vida: en 1984, 2014 y 2044, con 13, 43 y 73 años respectivamente. Resume los pensamientos y sentimientos de un soñador, sin adornos, sin interpretaciones. Es una copia, sin más, lo que él mismo dejó reflejado en sus diarios.