Cosme G. Rojas Díaz
Al ingresar a estos pasajes, usted navegará por los laberintos de su ser interior. Peregrinamos por caminos trazados, intimidantes obstáculos y aleatorias encrucijadas. El tiempo no se detiene para complacernos ni para dar espacio a las decisiones, indolencias o inhibiciones. El amoroso Creador marca el ritmo del cosmos, es vigoroso y sus ciclos son inexorables. Huimos de nosotros mismos. Nos aterra la soledad, porque nos confronta con nuestra realidad. Obviamos y despreciamos los hechos «triviales» y las cosas más sencillas, al tiempo que magnificamos lo extravagante, de manera que nos perdemos las maravillas ocultas detrás de lo que consideramos «lo cotidiano». La obra es un espejo de las inquietudes del alma, destacando tanto la belleza como la fragilidad de la existencia. El lector disfrutará de una sublime armonía en la disposición de los escritos. Se abordan temas universales como el amor, el miedo, la gratitud, la espiritualidad, el perdón y la relación con los padres, combinando la observación personal del autor con un análisis filosófico.