Asensio Liarte
La presente narración se sustenta sobre tres columnas. La primera tiene como argamasa el esfuerzo, la honradez y el tesón de los seres humanos, que aplicados para el bien de sus semejantes logran hacer una sociedad más justa, en la que todos los participantes se acercan al cielo, donde reinan el máximo bien y la felicidad y donde los seres humanos viven condiciones dignas. En la segunda columna se expone lo que la deshonestidad, la avaricia y la corrupción pueden lograr para subvertir las más elementales reglas que apuntan y defienden el bien común y donde, desafortunadamente, se cumple el dicho latino «homo homini lupus» (el hombre es un lobo para el hombre). La tercera y última se refiere a cómo los designios de la diosa fortuna, o no se sabe qué, hacen que nazca y triunfe el amor, todo tipo de amor, entre las personas, impulsándolas a crear una familia y a transmitir a sus descendientes la esencia de la más bondadosa axiología. En palabras del autor, cualquiera tiene en su mano hacia qué horizonte dirigirse, si al de la solidaridad, la honradez y el amor a una vida honesta o, por el contrario, encaminar sus pasos al lugar donde anidan la corrupción, el odio, la impiedad y la maldad más ominosa. El autor no tiene más meta que la de conseguir que sus pensamientos no queden solamente para sí, archivados en su memoria, arrinconados en el cajón de la nada o incluso olvidados por causas achacables al destino contingente al que inexorablemente están abocados todos los seres humanos.