Juanjo Álvarez Carro
Un cadáver aparece en un viejo canal de agua en Maside, una antigua villa gallega donde el silencio pesa más que las palabras. El inspector Silleiro llega desde Santiago para investigar lo que parece un homicidio. Pronto descubrirá que nada lo es: testigos incómodos, un loco entrañable que mueve cuerpos sin explicación, y un pasado que se abre como una herida mal cerrada. Entre la Argentina de los años setenta y la Galicia de la transición, las vidas de Magda —militante perdida en el fracaso de una revolución— y Silleiro —policía marcado por los fantasmas familiares— se cruzan en una trama donde memoria y presente se confunden. Este libro no ofrece héroes intachables ni villanos absolutos. Aquí todos cargan con culpas, errores y supervivencias. La política, la violencia y la traición se mezclan con lo cotidiano: un cigarrillo bajo la tormenta, una conversación en penumbra, una verdad que duele más que una mentira. Cándido, a mi pesar es, al final, la crónica de un crimen que descoloca porque revela mucho más de lo que oculta. Una novela sobre el precio de las lealtades, la fragilidad de las convicciones y la incómoda certeza de que la Historia nunca pasa en vano.