Riesco González, Manuel
Amigo lector, muchas gracias por compartir conmigo estas palabras que, a partir de ahora, ya no me pertenecen. Los poemas son fuente, flores y frutos de un vergel que han nacido por su cuenta o se han plantado y cultivado en el huerto del jardinero. Retazos de vida que vuelan por las andanzas de lo que ve, siente y piensa el escribidor, hilvanados con el aura de mundos ajenos y lejanos. Para dialogar con ellos sin prisa, en momentos de paz, de amor o duro trasiego, están organizados en secciones con distintas melodías. Te escucharán, quizás te respondan o se atrevan a preguntarte.